¿Qué síntomas tiene la esclerosis múltiple?

Las personas que padecen EM remitente recurrente padecerán los síntomas en episodios o brotes. Estos brotes pueden durar días, semanas e incluso meses, y variarán de un episodio a otro, según la zona dañada del sistema nervioso central. Algunos de los síntomas que pueden aparecer durante los brotes son: pérdida de fuerza muscular y destreza, visión borrosa o doble, pérdida de visión en un ojo, adormecimiento u hormigueo, y dolor y problemas de equilibrio. Una vez transcurrido el período de inflamación aguda, los síntomas suelen desaparecer completamente aunque, en alguna ocasión, pueden dejar algún tipo de secuela.
En el caso de la EM primaria progresiva, los síntomas anteriormente mencionados, especialmente los relacionados con la fuerza motora y la destreza para caminar, aparecen de forma más virulenta y, como su nombre indica, de forma progresiva.
A medida que la enfermedad avanza pueden aparecer otros síntomas relacionados con el daño neurológico. Algunos de estos síntomas pueden ser: espasmos o rigidez en algunos músculos (espasticidad), incontinencia urinaria, problemas de la memoria o la concentración, problemas sexuales, etc. Otro síntoma muy común en la EM es la depresión, relacionada en ocasiones con el diagnóstico de la enfermedad. La fatiga o cansancio es también uno de los síntomas más comunes y molestos. Con frecuencia, es más severa al final de la tarde y puede llegar a dificultar la actividad física o mental.
Todos los síntomas de la esclerosis múltiple pueden ser leves o graves, breves o persistentes. En algunas personas estos síntomas pueden empeorar con determinados estímulos como el calor (baños calientes o exposición al sol) y el estrés.
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