Una técnica de electroterapia reduciría los efectos secundarios de la medicación para la esclerosis múltiple

Los efectos secundarios de esclerosis múltiple son frecuentes y pueden derivar en el enrojecimiento de la piel, inflamaciones y lesiones, que se mantienen durante días o semanas después de la inyección.

Dos de los fármacos que se han utilizado hasta hace poco tiempo como tratamiento de primera elección en la esclerosis múltiple remitente-recurrente son el acetato de glatiramer, administrado en dosis diarias mediante inyección, e interferón beta (aplicado tres veces a la semana en el caso del interferón beta-1a, y cada dos días en el caso del interferón beta-1b). Al margen de los efectos secundarios que pueden aparecer después de la administración del medicamento, la piel puede estar más sensible y pueden aparecer llagas. Hay algunos indicios que muestran que los efectos son 8 veces más fuertes en mujeres que en hombres, pese a que no está demostrado que estas reacciones sean más habituales cuando las inyecciones se realizan mediante aparatos mecánicos que de manera tradicional.
Algunos de los factores de riesgo que pueden estar asociados a los efectos secundarios de la medicación son la poca profundidad de la aguja, una técnica de inyección errónea o una precipitada exposición al sol. La prevención y una correcta gestión clínica de los efectos secundarios pueden evitar complicaciones posteriores. Por ello, se recomienda que las personas con EM sigan una correcta educación sanitaria, un examen periódico y palpación de las zonas de punción para hacer un control y seguimiento. Desarrollo de una técnica de electroterapia para evitar lesiones
El Centro Neurorehabilitador Miquel Martí i Pol de Lleida puso en marcha en el año 2006 un tratamiento de fisioterapia para reducir la aparición de los efectos secundarios provocados por la medicación en pacientes con esclerosis múltiple. Se trata de la aplicación de ondas de sonido de alta frecuencia como tratamiento antinflamatorio sobre la piel y tejidos subcutáneos. La terapia favorece el aumento de la circulación, del metabolismo circular y la viscoelasticidad del tejido conectivo. Pese a que todavía no se ha podido demostrar la eficacia real del tratamiento, la aplicación conjunta de masoterapia (aplicación de masaje) sobre la zona a tratar mediante drenaje, alguna crema y/o pomada, y antinflamatorios favorece la normalización del tejido dañado. 
El avance farmacológico en el campo de la neurología en relación a la administración de la medicación para la esclerosis múltiple ha contribuido a la reducción de los casos que requieren tratamiento después de la inyección y ha facilitado la aparición de fármacos más eficaces. Maria Eugènia Lacasa Andrade.
Fisioterapeuta colegiada núm. 4.027 Centro Neurorehabilitador Martí i Pol, Lleida.
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