Estos ejercicios en el agua son útiles para la EM

La fatiga y la sensibilidad al calor convierten la práctica de ejercicio en un desafío para las personas con esclerosis múltiple. Sin embargo, actividades físicas como la piscina mejoran la salud y alivian los síntomas de la enfermedad.

Por las propiedades del agua y su baja temperatura, las piscinas son lugares idóneos para practicar ejercicio. Los beneficios de hacer deporte en el agua incluyen la mejora de la flexibilidad, la movilidad, la resistencia cardiovascular, el nivel de fatiga, la fuerza y el equilibrio.
Antes de empezar a practicar cualquier actividad en el agua, es necesario hablar con el médico para comprobar que no está contraindicado, por ejemplo, en el caso de una herida abierta o de una infección. También puede ser una buena idea consultar a un terapeuta físico y someterse a un examen para evaluar el nivel de aptitud física.
A la hora de buscar una piscina, la persona con EM debe asegurarse de que el lugar cumple con todas las medidas de seguridad (pasamano, superficie anti-deslizante, etc.) y de accesibilidad (escaleras de piscina, barandilla, parking, vestuario).
Cuanto más cerca se encuentre uno de la piscina, mejor, de esta manera, se evitarán desplazamientos innecesarios y se asistirá con mayor frecuencia. Las clases deben estar dirigidas por entrenadores cualificados y con experiencia y ser específicas para personas con EM. La temperatura del agua tiene que ser fría.

Ejercicios específicos útiles para la esclerosis múltiple

Existe una gran variedad de programas de ejercicios acuáticos. Todos ellos deben estar orientados a lograr resultados y tener el ritmo y la intensidad adecuados. A continuación, explicamos algunos:
• La técnica Halliwick: técnica en la que se realizan diferentes ejercicios pautados para desarrollar el equilibrio y mejorar los cambios de posición sobre los distintos ejes. 
• Watsu: técnica basada en el Zen Shiatsu que combina estiramientos, movimientos rotacionales y movilización de tejidos blandos. 
• Ai chi: forma modificada de Tai Chi que se realiza en el agua y que combina movimientos fluidos y técnicas de respiración. El Ai chi pone énfasis en la conciencia mente-cuerpo.    
• AquaStretch: técnica que incorpora estiramientos dinámicos, movimientos intuitivos y movilización de tejidos blandos y miofascial. Disminuye el edema, el dolor y la limitación de movimientos. 
• Entrenamiento aeróbico y de resistencia: programa que incluye andar, correr, saltar, cinta y bicicleta y cuya intensidad varía a lo largo del entrenamiento. 
 
El agua evita el acaloramiento derivado del ejercicio y permite realizar movimientos fluidos. Las personas con EM deben realizar un entrenamiento acorde con el grado de la enfermedad y contar con la orientación y la supervisión de un experto. Los beneficios se notarán en poco tiempo.

 
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