Tipos de esclerosis múltiple

Podría decirse que el primer estadio de la enfermedad es el Síndrome Clínico Aislado (SCA). Se trata del primer síntoma que sugiere que estamos ante un caso de EM. En ese momento, el neurólogo solicitará una resonancia magnética cerebral, con lo que podrá determinar si la persona que ha tenido un SCA ya padece una EM o qué riesgo tiene de padecerla.
La EM es una afección individual y los síntomas pueden variar de una persona a otra. En algunas personas, los síntomas aparecen y desaparecen en forma de brotes. En otras, sin embargo, la aparición de los síntomas tiene lugar de forma progresiva. Esto se debe a que existen diferentes tipos de EM.
Esclerosis múltiple recurrente-remitente (EMRR)
El tipo más común es conocido como EM recurrente-remitente. Los síntomas ocurren en forma de brotes que aparecen durante un período de tiempo –días, semanas o incluso meses– y luego mejoran parcial o totalmente. En alguna ocasión, pueden dejar secuelas neurológicas.
Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP)
Algunas personas con EM recurrente-remitente, con el paso de los años, desarrollan un empeoramiento neurológico progresivo, relacionado o no con los brotes. Es lo que se llama la fase secundaria progresiva y constituye un tipo diferente de la enfermedad. Otros enfermos, sin embargo, se mantendrán estables durante muchos años sin entrar nunca en esta fase progresiva.
Desgraciadamente, a día de hoy, no existe ninguna prueba que nos permita saber "a priori" cómo será la evolución de la enfermedad.
Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP)
Otro tipo de EM es la primaria progresiva, y lo padecen entre un 10% y un 15% de las personas con EM. Suele diagnosticarse en edades algo más avanzadas y la aparición de los síntomas tendrá lugar de forma progresiva, afectando especialmente a la marcha.
Diagnóstico de la esclerosis múltiple
Comprobar si se tiene o no EM no depende sólo de un test. El proceso de diagnóstico clínico es complejo y el papel del neurólogo es clave. Se tiene que basar en el historial de la persona, en exploraciones y en diferentes pruebas para poder dar el diagnóstico definitivo y aconsejar sobre el mejor tratamiento posible.
Una vez diagnosticado, el médico de familia puede ayudar a tratar algunos síntomas. Por otro lado, las persoonas con EM deben cuidarse: es importante seguir una buena dieta, realizar ejercicio, aprender a manejar las recaídas y acceder a la información correcta que le ayude a controlar la EM.
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