Incontinencia urinaria: síntomas y tratamiento

La Sociedad Internacional de Continencia (ICS) define la incontinencia urinaria como la pérdida involuntaria de orina, demostrable de forma objetiva, que constituye un problema social o de higiene para la persona que la sufre.A pesar de que la incontinencia urinaria no implica un pronóstico de gravedad, sí que limita la autonomía de la persona afectada, reduce su autoestima y deteriora sensiblemente su calidad de vida. Repercute en sus actividades cotidianas y laborales, y en sus relaciones sociales, familiares y de pareja. Además, hay que tener en cuenta el enorme gasto económico y social que todo ello conlleva.

Entre las personas con esclerosis múltiple (EM) se observa una frecuencia de alteraciones urinarias que oscila entre el 5% y el 10% en las primeras fases de la enfermedad. Varios estudios publicados indican que, durante la evolución de la afección, el 84% de las personas con EM afirman tener algún grado de disfunción vesical.

La presencia de estas alteraciones urinarias, según la literatura, está relacionada con un mayor grado de discapacidad funcional y afectaciones graves. Sin embargo, no se observa relación con el tiempo de evolución de la enfermedad.

Síntomas de la incontinencia urinaria

El ciclo de la micción, sometido a un estrecho control por parte del sistema nervioso, se divide en dos fases bien diferenciadas: la fase de almacenamiento y la fase de evacuación. Según en qué fase de la micción se produzca el problema, aparecerán unos síntomas u otros.

Los síntomas irritativos aparecen cuando el problema se produce durante la fase de llenado vesical, debido a una hiperreflexia del detrusor. Estos consisten en un aumento de la frecuencia miccional, tanto de día (polaquiuria) como de noche (nicturia), y en la presencia de urgencia miccional. Estos síntomas, combinados con otros propios de la EM, como la incoordinación, el temblor, la debilidad muscular, la dificultad en la movilidad, la pérdida de habilidad manual fina y las alteraciones cognitivas, pueden provocar incontinencia urinaria.

Por otra parte, los síntomas obstructivos aparecen cuando el problema se produce durante la fase de vaciado vesical, debido a una disinergia de esfínteres o a una arreflexia del detrusor. Estos consisten en la presencia de pérdidas de orina en forma de goteo continuado, polaquiuria, disminución del calibre del chorro de la orina, sensación de micción incompleta y residuo post-miccional. Estos síntomas asociados a otros propios de la EM, nombrados anteriormente, pueden también causar incontinencia urinaria.

En ocasiones, las personas con EM pueden presentar sintomatología mixta, que mezcla síntomas irritativos y obstructivos.

Tratamiento de la incontinencia urinaria

Con el objetivo de conseguir una continencia urinaria que mejore la calidad de vida de los afectados, se realiza un tratamiento que consiste en la aplicación de diversas técnicas conservadoras de fisioterapia combinadas con pautas de enfermería.

El equipo sanitario juega un papel decisivo en la identificación y exploración del problema, tanto en la realización de un diagnóstico correcto como en la prescripción del tratamiento más adecuado.

Tras derivar a un especialista para obtener un diagnóstico preciso, el equipo de la FEM realiza las exploraciones pertinentes para ofrecer un tratamiento personalizado a cada usuario. El servicio de enfermería elabora su exploración mediante una entrevista completa, un diario miccional, un registro alimenticio y una escala de calidad de vida. Durante el tratamiento, el equipo realiza talleres sanitarios sobre los diferentes tipos de alteraciones urinarias y sobre las medidas higiénico-dietéticas para favorecer la continencia. Estas incluirán micciones programadas, terapia conductual, control de ingesta de líquidos y de alimentos irritantes o educación en técnicas de auto-sondaje.

Por su parte, el servicio de fisioterapia incluye en la exploración, además de la entrevista, una revisión neuro-urológica completa y una valoración del estado de la musculatura del suelo pélvico, a través de biofeedback. El tratamiento incluirá estrategias para la toma de conciencia del suelo pélvico y su fortalecimiento mediante el uso de biofeedback y otros ejercicios, pautas para la reeducación vesical con el objetivo de aumentar los intervalos de tiempo entre cada micción, y por último, se trabajarán las estrategias posturales para ayudar a la deposición y la continencia.

Fuentes de información:

David D. Rhan, Shayzreen M. Roshanravan. Fisiopatologia de la incontinència urinària, la disfunció miccional i la bufeta hiperactiva. Obstet Gynecol Clin N Am 36 (2009) 463-474.

R. Terré Boliart, et al. Tractament rehabilitador en esclerosi múltiple. REV Neurol 2007; 44 (7): 426-431.

Pena Outeiriño JM et al. Tractament de la disfunció del sòl pelvià. Actes Urol Esp. 2007; 31 (7): 719-731

A. Gómez-Conesa, MA Pelegrín Molina, M. Martínez González. Disfuncions vesicointestinals en esclerosi múltiple. Fisioteràpia Monogr. 2003; 1: 12-23.

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