La disfunción cognitiva en la esclerosis múltiple

Además de las consecuencias físicas que puede conllevar la esclerosis múltiple, la enfermedad también puede ocasionar disfunciones cognitivas, es decir, afectar al cerebro y dificultar la funcionalidad en algunas áreas: desde comprender y memorizar información hasta concentrarse. Estas actividades de la vida diaria pueden convertirse en grandes obstáculos para una persona con EM. Se calcula que aproximadamente el 50 % de los afectados de EM sufre problemas cognitivos a lo largo de la enfermedad.

Los cambios cognitivos son frecuentes en personas con esclerosis múltiple. Son problemas poco relacionados con otros aspectos de la enfermedad, como pueden ser los síntomas físicos. Es decir, un paciente con una gran incapacidad física puede no experimentar ninguna afectación cognitiva y viceversa. Además, estas alteraciones pueden aparecer en cualquier momento del transcurso de la enfermedad e incluso ser el primer síntoma, aunque generalmente se desarrollan más tarde y progresan lentamente.
A continuación, exponemos las funciones cognitivas que más frecuentemente se ven perjudicadas por la EM:

  • Procesamiento de la información: ralentización en la velocidad a la hora de comprender y construir significados.
  • Capacidad para resolver problemas.
  • Memoria: recordar y retener la información. Dificultad para fijar nuevos aprendizajes.
  • Atención y concentración: fijar la atención en algo concreto.
  • Funciones de tipo ejecutivo como organizar, planificar y priorizar.
  • Realizar cálculos.
  • Fluidez verbal: encontrar la palabra correcta para utilizar en cada momento.
  • Percepción del entorno con precisión.
  • Percepción visual y espacial: entender y recordar cómo están situadas las cosas respecto a las otras.

Sin embargo, hay ciertas funciones cognitivas que en ningún caso se ven repercutidas por la esclerosis múltiple y que no deben suponer ninguna preocupación para los afectados como, por ejemplo, el intelecto general y la comprensión de lectura.

Los primeros signos de las disfunciones cognitivas pueden ser muy sutiles. La persona con EM puede percibir problemas para recordar rutinas y actividades diarias, darse cuenta de las complicaciones para encontrar las palabras adecuadas en una conversación, o encontrar dificultades para tomar decisiones.
La evaluación cuidadosa del médico determinará si estos cambios cognitivos provienen concretamente de la enfermedad, ya que también pueden ser producto de la edad, de la medicación, de la fatiga, de la depresión, etc. Un especialista realizará una serie de pruebas al paciente para identificar estas alteraciones en las funciones superiores y determinará qué actividades y tratamientos rehabilitadores pueden ayudar a mejorarlas: desde ejercicios de memoria hasta buscar apoyo en agendas, ordenadores y archivos para evitar que los problemas de memoria afecten a la vida diaria.
En general, las disfunciones cognitivas pueden tener un impacto importante en la vida diaria. Un apoyo y consejo profesional puede contribuir a mitigar estos déficits. De hecho, se calcula que sólo entre un 5 % y un 10 % de las personas con EM desarrollan una afectación cognitiva tan grave como para interferir de manera significativa en las actividades diarias.
Fuentes de información:
Living with MS: Mental functioning. MultipleSclerosis.com, 2013 [acceso: 29 de julio de 2013]. Disponible en: http://www.multiplesclerosis.com/global/living_with_ms.php
Cognitive Dysfunction. National Multiple Sclerosis Society (MS), 2013 [acceso: 23 de julio de 2013]. Disponible en: http://www.nationalmssociety.org/about-multiple-sclerosis/…

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