Logopedia para mejorar la comunicación y la deglución en la esclerosis múltiple

Las personas con esclerosis múltiple pueden mostrar dificultades para la comunicación, ya sea respecto a la producción de mensajes o a la comprensión de los mismos, de forma oral o escrita. Además, en ocasiones también pueden sufrir problemas para comer, debido a una deglución complicada. La logopedia tiene como objetivo prevenir, diagnosticar y tratar estos trastornos, para conseguir una buena comunicación y una deglución segura y eficaz.

Las personas con esclerosis múltiple (EM) pueden presentar alteraciones en la comunicación. En ocasiones, se trata de alteraciones leves sólo percibidas, de forma subjetiva, por el propio afectado. En otros casos, las dificultades son más evidentes y pueden aparecer tanto en la expresión como en la comprensión de los mensajes. La intervención del logopeda puede ayudar a mejorar el conocimiento de las propias dificultades y a disponer de más herramientas para lograr una mejor comunicación.

Las alteraciones en la expresión pueden ser causadas por problemas de fuerza, movilidad y/o coordinación de la musculatura respiratoria, oral y laríngea. A consecuencia de ello, los afectados pueden sufrir cambios en la calidad y volumen de la voz, en la pronunciación y entonación del habla y, además, es frecuente que sufran fatiga vocal.

La esclerosis múltiple también puede provocar cambios cognitivos en los afectados. Los más habituales son la ralentización de la velocidad de procesamiento de la información y las alteraciones de la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. Estos cambios pueden repercutir en la comunicación. A nivel de expresión, el afectado puede sufrir, entre otros, dificultades para encontrar una palabra y para organizar el discurso.

Recomendaciones para mejorar la emisión

  • Hablar a un ritmo que resulte cómodo, tener paciencia y no preocuparse si es necesario charlar despacio. Es aconsejable que el afectado dedique un tiempo a pensar con tranquilidad qué es lo que quiere decir, sin ningún tipo de presión.
  • Intentar conversar en un entorno tranquilo y una postura cómoda, procurar que no haya mucho ruido alrededor y, al mismo tiempo, realizar las pausas necesarias para evitar sobreesfuerzos.

Cuando las dificultades se encuentran en la comprensión es posible que la persona con esclerosis múltiple no pueda seguir con facilidad una conversación o la televisión

Estos problemas están relacionados, a menudo, con la ralentización de la velocidad de procesamiento de la información y con las alteraciones de la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. Esto también puede repercutir en la lectura, ya que el afectado puede olvidar parte de la información y perder el hilo del contenido.

Recomendaciones para las personas del entorno

  • Facilitar que la persona con EM pueda concentrarse en la conversación: hay que tratar los temas uno a uno, sin prisas, y evitar las distracciones.
  • Darle la opción al afectado de que pueda intervenir sin miedo siempre que tenga alguna duda o no entienda algo en una conversación.
  • A la hora de leer, es recomendable elegir textos cortos y asegurarse de que el contenido es interesante para el afectado. Hay que leerlos despacio, subrayando las ideas principales si hace falta.

Es importante que las personas del entorno valoren los esfuerzos que realiza el afectado para comunicarse. Deben ser pacientes. De esta manera, evitarán que la persona con EM vaya disminuyendo sus intervenciones por miedo o vergüenza a que no sean adecuadas y se aísle progresivamente. Lo más importante es dedicarle tiempo a la conversación.

La deglución, otro problema que puede tratar la logopedia

Las personas con EM también pueden presentar dificultades en la deglución, tanto de líquidos como de sólidos. Este trastorno se conoce con el nombre de disfagia.

Los afectados por disfagia experimentan problemas a la hora de tragar líquidos, saliva y, a veces, también alimentos sólidos. Pueden aparecer diferentes problemas: tos durante la ingesta de comida o de bebidas; sensación de cuerpo extraño en la garganta; y otras molestias durante la alimentación. Hay que tratar estas complicaciones, ya sean leves o moderadas. Por un lado, se evitará que el alimento o la saliva pasen a la vía respiratoria y, por otro, que el afectado sufra desnutrición o deshidratación.

Se recomienda que las comidas se realicen en un entorno tranquilo que permita a la persona con EM concentrarse y en un momento en que no esté cansado. La postura en la que se come es muy importante: hay que hacerlo bien sentado y, si no es posible, deberá adaptarse convenientemente la posición del cuerpo. Además, se valorará si es necesario realizar alguna adaptación en la textura de los alimentos. Los líquidos, la mezcla de líquidos y sólidos, las texturas pegajosas y los alimentos que se desmenuzan son más difíciles de tragar.

Hay que consultar a un profesional especializado en deglución siempre que se detecten este tipo de dificultades. El logopeda, u otro profesional experto, observará y evaluará estos aspectos y guiará a la persona con EM para que, mediante ejercicios y cambios de posturas, consiga la deglución más segura y eficaz posible.

Enlace al documento original:

Hábitos para la Salud en la Esclerosis Múltiple. Fundación Vasca EM. 2012 [acceso: 16 de diciembre de 2013]. Disponible en: https://issuu.com/esclerosismultiple/docs/habitosparalasalud

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