Qué son las alteraciones de la sensibilidad en la esclerosis múltiple

Las personas con esclerosis múltiple suelen sufrir, en algún momento de su vida, alteraciones de la sensibilidad como la parestesia,  que pueden producir malestar o dolor.

Estas alteraciones pueden aparecer en cualquier etapa de la enfermedad, como síntomas iniciales o también en fases más avanzadas.

Se llaman síntomas sensoriales todos aquellos que hacen referencia a alteraciones de la sensibilidad, dentro de los que se incluirían:

• Alodinia: percepción de la sensación dolorosa en alguna o varias partes del cuerpo ante un estímulo no doloroso.
• Parestesia: sensación molesta similar al hormigueo o entumecimiento, causada por una afectación del sistema nervioso central o periférico, enfermedades circulatorias y / o metabólicas que perjudican los nervios.
• Disestesias: alteración de la sensibilidad táctil inadecuada y a veces desagradable, que aparece de forma espontánea o provocada.

La correcta descripción de cada una de las diferentes sensaciones que se experimentan es básica para ayudar a los profesionales a entender y procurar tratar este problema. En una primera visita se exploran las regiones del cuerpo donde aparecen las alteraciones sensitivas, qué tipo de sensaciones experimenta y si existe o no dolor o nociocepción, entumecimiento, falta de sensibilidad o aumento de la misma; así como si es producida de manera espontánea o viene dada por alguna causa.

Los síntomas y sensaciones más habituales son:

• Ardor
• Entumecimiento
• Rampas
• Hipersensibilidad en la piel.
• Picor
• Hormigueo
• Pinchazos

Las causas de la parestesia y otras las alteraciones en la sensibilidad

Cuando existe este tipo de sintomatología sensitiva, el malestar o dolor no tiene por qué ser producido por ninguna lesión en los tejidos, sino que la alteración viene dada por una afectación de los nervios que llevan la información sensitiva del cerebro en la parte del cuerpo donde se produce el síntoma sensorial.

Las lesiones de la vaina de mielina que envuelve los nervios, producen la aparición de placas escleróticas que dificultan la correcta transmisión del impulso eléctrico entre las neuronas del cerebro.

El cerebro, al recibir las señales alteradas, las interpreta erróneamente, reproduciéndolas como sensaciones que ha vivido anteriormente y que quedan guardadas en la memoria (como ardor, picor u hormigueo).

¿Con cuánta frecuencia se producen  la parestesia y demás alteraciones sensoriales?

Existen diversos estudios que tratan este tema. En una investigación en la que participaron 428 personas con esclerosis múltiple, 8 de cada 100 habían experimentado sensación de dolor (disestesia) en los seis meses previos al diagnóstico de la enfermedad. En el mismo estudio, 12 de cada 100 afirmaron sufrir disestesia en algún momento de su vida. Sin embargo, el número total de personas que experimentan alteraciones en la sensibilidad como la parestesia se prevé mayor, ya que esta investigación no tuvo en cuenta aquellos que tenían sensaciones no dolorosas como el entumecimiento.

En otro estudio de 224 participantes con esclerosis múltiple, el 40% había experimentado, durante segundos o minutos, alteración de la sensibilidad con síntomas como ardor, calambres, hormigueo y picor.

¿Qué se puede hacer para tratar la parestesia y otras las alteraciones sensoriales?

La parestesia y demás alteraciones de la sensibilidad no son fáciles de tratar, pero los profesionales de la salud pueden ofrecer diversas terapias y recursos que ayudan a reducir su impacto.

También existen ciertos cambios de hábitos y actitudes que la persona con EM puede adoptar para afrontarlo a nivel personal. Ante cualquier duda, lo más recomendable siempre es consultar tu enfermero / a, médico de confianza o neurólogo/a de referencia.

Referencia

Altered sensations (2018). MSTrust.