Dispositivos para mejorar la movilidad con esclerosis múltiple

A veces, los síntomas de la esclerosis múltiple pueden reducir la movilidad de las personas. Te presentamos una serie de complementos (y técnicas) que pueden ser de ayuda para caminar, conducir, trabajar o en las tareas del día a día.

Las ciudades están cada vez más adaptadas a las personas con movilidad reducida: mejor acceso al transporte público, elevadores, aceras con rampa… En cualquier caso, las personas con esclerosis múltiple en esta situación tienen a su disposición varios dispositivos que les permitirán adaptarse mejor en su día a día.

A continuación presentamos una serie de complementos (y técnicas) que pueden ser útiles para caminar, conducir y para realizar mejor el trabajo diario. En cualquier caso, siempre es recomendable consultar antes con un profesional sanitario para que nos aconseje sobre qué producto se adaptará mejor a nuestras necesidades.

Las personas con esclerosis múltiple con movilidad reducida tienen a su disposición varios dispositivos que les permitirán adaptarse mejor en su día a día.

Desplazarse por casa o por la calle

Los problemas al caminar son bastante comunes entre las personas con esclerosis múltiple. Los principales elementos que pueden ser útiles para desplazarse son:

1. Órtesis de pie o tobillo (AFO): Aparato o vendaje compresivo que se coloca alrededor del tobillo y del pie, y que facilita la acción de caminar. Es útil para aligerar la debilidad o la parálisis de los músculos del pie en caso de tener el síntoma de "pie caído".

2. Estimulación Eléctrica Funcional (FES): Técnica que se sirve de corrientes eléctricas suaves para estimular los nervios que activan los músculos debilitados o paralizados. Puede ser un buen tratamiento para personas con EM que tengan dificultades al caminar o que tengan el "pie caído".

3. Elementos para mantener la estabilidad: bastones, muletas y caminadores: Existen diferentes modelos de cada tipo y se recomienda que el equipo rehabilitador valore en cada caso cuál es la ayuda técnica que se necesita.

  • Bastones y muletas: Existe una amplia gama de bastones y muletas que pueden ser útiles para aliviar peso de las piernas, ayudar a mantener el equilibrio y evitar posibles caídas. Hay modelos clásicos y modelos modernos, así como modelos plegables que permiten ser insertados en una mochila o en un bolso. Por otro lado, en el mercado también se pueden encontrar unos tacos especiales que se pueden añadir en el pie del bastón o de las muletas y que dan mucha más estabilidad, puesto que aumentan el punto de apoyo.
  • Caminadores: Tienen una base bastante más ancha y, por tanto, un punto de apoyo más estable que los bastones o las muletas. Hay dos tipos de caminadores: los de interior y los de exterior. Los caminadores de interior, aconsejados para usar dentro de los domicilios, tienen dos ruedas delanteras y dos puntos de apoyo detrás. También pueden tener un asiento o un cesto para transportar objetos.
    Hay muchos tipos de caminadores según su peso, altura o anchura; si una persona tiene mucha inestabilidad se recomienda un caminador con una base más ancha y más pesado, mientras que si la persona tiene poca fuerza pero mucha estabilidad, se precisará un modelo más ligero. Por otro lado, los caminadores de exterior tienen una base de cuatro ruedas y cuentan con frenos. El mecanismo de los frenos varía según cada modelo; algunos frenan cuando la persona se apoya en las empuñaduras mientras que otros tienen un freno manual en las mismas.

Algunos elementos para mantener la estabilidad son los bastones, las muletas o los caminadores. Se recomienda que el equipo rehabilitador valore en cada caso cuál es la ayuda técnica que se necesita.

4. Sillas de ruedas manuales autopropulsables y no autopropulsables: Aparato diseñado para desplazarse en posición sentada. Se recomienda usar las sillas de ruedas manuales autopropulsables, que tienen la rueda posterior de 600 mm de diámetro y que permiten que el usuario sea más autónomo.

Este tipo de sillas puede incluir sistemas de tracción electrónica para facilitar la propulsión, que tanto pueden ser usados por el usuario como por el asistente. Por otro lado, también existen las sillas de ruedas manuales no autopropulsables, no recomendadas en caso de EM porque la rueda posterior es pequeña y no da autonomía.

5. Sillas de ruedas con motor y propulsión eléctrica: Dispositivos diseñados para personas que tienen las extremidades superiores con poca capacidad para autoimpulsar una silla de ruedas clásica. Incluyen unas ruedas especiales y un motor que funciona con una batería insertada en la propia estructura de la silla.

Hay modelos plegables y modelos desmontables, y en caso de que se quiera introducir en un vehículo, existen grúas para maleteros que facilitan su transporte. Son recomendables para moverse fuera del domicilio ya que su motor proporciona una gran autonomía para realizar desplazamientos largos; a pesar de eso, si la persona con EM tiene dificultades para mover las extremidades superiores, también puede ser muy funcional para ser usada en casa. El médico de referencia es el encargado de aconsejar sobre ese tipo de sillas; aunque también es cierto que para usarlas hay que tener buena vista y buenas capacidades cognitivas para evitar accidentes.

Al conducir (o al usar un vehículo)

Las personas con movilidad reducida o que presentan alguna discapacidad necesitan un certificado médico oficial expedido en un centro oficial autorizado, donde se indican las condiciones restrictivas y las adaptaciones que se deberán realizar en el vehículo. Habrá que dirigirse a la "Jefatura Provincial de Tráfico" para que consten las condiciones restrictivas en el permiso de conducir.

Cuando se tenga el vehículo adaptado, el usuario también tendrá que pasar la inspección técnica de vehículos cuando se le indique. Asimismo, las personas con EM que deseen sacarse el permiso de conducir y tengan condiciones restrictivas, tendrán que examinarse con un vehículo adaptado a sus necesidades.

Finalmente, las personas con EM tienen a su disposición varios elementos que les pueden ayudar en la conducción. Algunos de ellos son:

  • Dispositivos para usar el gas o el freno manualmente.
  • Mango giratorio para maniobrar el volante.
  • Retrovisores exteriores más grandes y retrovisor interior más ancho.
  • Asientos especiales para entrar y salir del coche con más facilidad.
  • Compartimento para guardar la silla de ruedas u otros dispositivos de asistencia.
  • Automóviles equipados con rampa, elevador o grúa para guardar la silla de ruedas en el maletero.

En el trabajo

Los productos de apoyo de nuevas tecnologías pueden ser un buen complemento para que las personas con EM desarrollen su carrera profesional con las mismas condiciones que el resto de empleados.

Aquellos que estén interesados en ese tipo de productos pueden dirigirse a servicios como la Unidad de Técnicas Augmentativas de Comunicación (UTAC), del Departament de Benestar Social i Família de Catalunya, que es un servicio dirigido a personas con discapacidad motriz que requieren formas aumentativas y alternativas de comunicación y de acceso al ordenador, juego adaptado y movilidad asistida. Algunos de los dispositivos que actualmente existen en el mercado son:

  • Teclados adaptados para facilitar el tecleo.
  • Lectores de pantalla que, gracias a un software específico, identifican aquello que se visualiza y lo traducen en formato de voz.
  • Ampliadores de pantalla, que incrementan el tamaño del contenido que se visualiza en la pantalla del ordenador.
  • Software de reconocimiento de voz, que permite escribir texto, dar instrucciones y navegar por internet sin necesidad de tener que teclear.

La esclerosis múltiple puede hacernos creer que las tareas cotidianas son un reto demasiado grande. Pero si conocemos los varios dispositivos que están a nuestro alcance, podremos tener un día a día mucho más sencillo. Antes de adquirir cualquiera de esos productos se recomienda consultar con un médico especialista o con un terapeuta ocupacional para que nos asesore sobre ellos.

Por otro lado, también es interesante comprobar si esos productos disponen de algún tipo de subvención pública. El trabajador social podrá informarnos sobre los productos de apoyo; por otro lado, el médico de referencia podrá indicar si existe alguna ayuda pública para adquirir las muletas, caminadores, sillas de ruedas manuales o sillas de motor eléctrico que nos haya recomendado.

Referencia:

Tools to help mobility. Above MS (2020). Disponible en: https://www.abovems.com/en_us/home/resources/ms-products-services/tools-help-mobility.html

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