La silla de ruedas manual en la EM

Algunas personas que sufren esclerosis múltiple suelen ser reticentes a utilizar la silla de ruedas manual por el miedo a debilitarse y a perder la aptitud de caminar. La EM evoluciona progresivamente y serán los profesionales quienes decidirán, en cada caso, si es necesaria una herramienta de apoyo a la movilidad. Ésta además, puede convertirse en una gran ayuda.

Las personas con EM suelen ser reticentes a utilizar la silla de ruedas manual. El principal motivo es el miedo a debilitarse y a perder, poco a poco, las aptitudes para caminar. Como la EM evoluciona de forma progresiva, será junto con los profesionales que se decidirá cuándo es necesaria esta solución y qué tipo concreto de herramienta de apoyo a la movilidad se requiere. Si el producto satisface las distintas necesidades de cada persona, será una gran ayuda.
¿Cuándo es necesario utilizar productos de apoyo para la movilidad?
Esta es una pregunta que se formulan muchas personas con EM y sus seres queridos. A diferencia de las personas que se encuentran con la movilidad reducida de forma inesperada, la EM no supone la pérdida inmediata de movimiento, y la evolución de la enfermedad provoca que cada persona requiera estos productos de una forma determinada y en un momento concreto. Las personas con EM suelen ser reticentes a utilizarlos por miedo a ir debilitándose y a perder aptitudes para caminar. A pesar de ello, les son un apoyo muy útil. En el momento de considerar si son o no necesarios, los profesionales tienen la última palabra.

Determinar si es necesario o no un producto de apoyo a la movilidad, como es una silla de ruedas, depende del estilo de vida de cada persona, el recorrido que debe realizar a diario, de las características del entorno (si hay pendientes en su barrio, por ejemplo, será más fácil desplazarse) y también de la seguridad con la que camina la persona y el esfuerzo que le requiere.

Si los profesionales consideran que existe riesgo de caídas o que el esfuerzo realizado es muy elevado y dificulta que la persona lleve a cabo su rutina o que haya abandonado actividades que requieren estos desplazamientos, pueden recomendar diferentes productos de apoyo como son el bastón, las muletas, los caminadores, las scooters o las sillas de ruedas de tracción manual o de tracción electrónica.
¿Cómo debe ser una silla de ruedas manual?
En caso de que se prescriba una silla de ruedas manual, es importante tener en cuenta que existen diferentes tallas y modelos. Es necesario saber que cada una de las partes que la configuran tiene diferentes peculiaridades que favorecerán el confort de la persona, la comodidad para propulsarla y mantener la posición adecuada previniendo posibles lesiones. Adquirir la silla de ruedas adecuada en consecuencia favorecerá su bienestar y su salud.
Así pues, si le han prescrito una silla de ruedas manual, es necesario acudir a un centro dispensador de productos sanitarios ortoprotéticos del CatSalut. Allí, con cita previa, un técnico le aconsejará en el momento de decidir qué silla de ruedas se ajusta a sus necesidades y medidas y le informará de la variedad de modelos que existe.

Es necesario probar la silla de ruedas, sentarse en ella y comprobar con el técnico que se adecua a nosotros y que es de nuestra medida.

Es habitual que en la ortopedia no estén disponibles todas las tallas de los distintos modelos de silla, así que, a menudo se requiere esperar a que llegue la nuestra. Este paso es importante ya que será la silla con la que se sentirá más cómodo y comfortable.
En el momento de decidir qué dimensiones debe tener la silla de ruedas, tenemos que sentarnos en la silla con el cojín pertinente y tener en cuenta las siguientes medidas:
Anchura del asiento: 2.5 cm (dos dedos) entre el muslo y el lateral de la silla o el reposabrazos.
Profundidad del asiento: 3-5 cm (tres dedos) entre el asiento y la parte posterior de la rodilla.
Altura del reposabrazos: 2 cm por encima del codo con el brazo extendido.
Altura del reposapiés: el ángulo del tobillo debe ser de 90º. El reposapiés debe estar, como mínimo, a 5 cm del suelo con la persona sentada en el cojín de prevención de lesiones en la piel, pero se recomienda 10-13 cm para evitar chocar.
Altura del respaldo: dependerá del grado de discapacidad de la persona. Cuando está más activo se recomienda a una altura máxima de 2.5cm por debajo de la escápula, y si la persona es más dependiente se recomienda una altura más elevada, para dar más comodidad a la silla.
Un punto importante a tener en cuenta y que a menudo desencadena en escoger una silla incorrecta es el espacio del que disponemos en casa o en el ascensor. No estamos acostumbrados a estas medidas y a menudo creemos que necesitamos la más pequeña porque la que nos toca no pasa por las puertas y las medidas de la cabina del ascensor. Si no se ve claro, se puede preguntar en la ortopedia si dispone de servicio a domicilio y el coste de este servicio. Si la anchura de las puertas no permite el acceso, se deberá valorar el hacer reformas en el domicilio.
A continuación detallamos las partes de una silla de ruedes manual y las características de cada una de ellas:
Las ruedas: se recomienda que las ruedas pequeñas, es decir, las delanteras, sean macizas y tengan la horquilla de aluminio, para dar más espacio a los pies y para maniobrar más fácilmente. Las ruedas traseras tendrán que ser grandes para permitir autopropulsarse, ya que la persona tendrá que moverse libremente con la silla. Las ruedas grandes pueden ser neumáticas para amortiguar mejor los golpes o macizas para evitar pinchazos. Si no hay espacio entre en el domicilio no saquen las anillas de las ruedas, ya que la persona tampoco podrá autopropulsarse y, por tanto, tendrá más dependencia. Tampoco adquieran una silla de ruedas no autopropulsable, es decir, con ruedas pequeñas. Estas sillas no dan la ayuda adecuada a las personas a quien recientemente se les ha recomendado desplazarse en silla de ruedas para evitar caídas y para ser más independientes.
El respaldo: se recomienda que la altura de éste se decida en función del grado de estabilidad del tronco que tenga la persona. Existen respaldos plegables que se pliegan por la mitad, esta peculiaridad debilita la estabilidad de la barra del respaldo e impide, a menudo, el acoplamiento de respaldos posicionadores y soportes de tronco. Los respaldos son de lona y existe la opción de que sean ajustables en tensión, cosa que permitirá dar un apoyo más firme. Existen respaldos con posibilidad de reclinarse, para ofrecer comodidad a la persona y permitir que cambie de posición a lo largo del día en caso de necesidad. Está disponible una gamma de respaldos posicionadores que se pueden acoplar a la silla de ruedas manual y de tracción electrónica en el caso de necesitar aumentar la comodidad durante la sedestación o mejorar el posicionamiento.
Reposabrazos: se recomienda que sean desmontables para facilitar las transferencias y regulables en altura para ajustarlas al cojín de prevención de lesiones en la piel que utiliza la persona. Cabe destacar que el reposabrazos debe tener una largada que permita a la persona acercarse a la mesa. En caso de ser necesario, el profesional recomendará un reposabrazos anatómico.
El asiento: se debe añadir un cojín de prevención de lesiones en la piel adecuado a las necesidades de la persona, los materiales de estos cojines pueden ser de espuma viscoelástica, silicona o aire. Y el cojín puede ser forma anatómica o posicionador. Su médico de referencia será quien valorará el cojín que usted necesita.
Los reposapiés: se recomienda que sean plegables y desmontables para el momento de levantarse y regulables en altura para adaptarse a las medidas de la persona. Existen algunos reposapiés que son reclinables, que en caso de necesidad el médico le recomendará.
El reposacabezas: este accesorio se adapta en caso de necesidad y será el médico quién lo recomiende.
Chasis de la silla de ruedas: se recomienda un material semiligero que facilite la propulsión y plegable que facilite el transporte y el almacenamiento. En caso de querer adquirir una silla de ruedas ultraligera, será su médico de referencia quien lo valorará, dado que estos modelos de silla de ruedas requieren mucha estabilidad y habilidad física del paciente.
Escoger una buena silla de ruedas
Para escoger una silla de ruedas, se recomienda hacer una consulta con el profesional médico que se la haya recomendado. Será también él quien comentará las características que ésta debe tener según las necesidades de cada persona. Además, también se puede consultar el documento “Cómo elegir tu silla de ruedas manual”

Es importante hacer ejercicio a diario
Por otro lado, es aconsejable seguir un programa de entrenamiento que incluya ejercicios recomendados por los terapeutas. Algunos de los principales son los detallados en el artículo “Ejercicios para personas con esclerosis múltiple” .
La postura
Cabe recordar, además, que al utilizar una silla de ruedas, es clave mantener una postura correcta para evitar lesiones y daños provocados por un uso incorrecto de ésta. En “Cómo prevenir las lesiones debidas al uso continuado de la silla de ruedas” se detallan los consejos para hacerlo.
El objetivo pues, es que las personas con EM que requieran el uso de la silla de ruedas ahorren energía y puedan desarrollar su día a día con normalidad. Asimismo, es importante evitar problemas derivados de malas posturas en el uso de este producto. Como se ha especificado, conseguirlo es cuestión de tener una silla de ruedas con las medidas y prestaciones adecuadas y de no dejar de lado el ejercicio.
Accesso al documento original:

http://www.msfocus.org/article-details.aspx?articleID=6

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