Gestación y EM: preguntas y respuestas

Más de dos tercios de las personas con esclerosis múltiple (EM) son mujeres en edad fértil, ya que esta enfermedad afecta principalmente a adultos jóvenes de entre 20 y 40 años. Por ese motivo es muy frecuente que en algún momento de la evolución de la enfermedad, surjan dudas sobre el embarazo.

Surgen preguntas acerca del impacto que puede suponer sufrir EM, y el riesgo que puede haber tanto para la mujer como para el bebé. La maternidad, en sí misma, es un período en el que aparecen muchos interrogantes y sufrir una enfermedad crónica como la EM puede producir gran número de preguntas.

¿La EM reduce la fertilidad de las mujeres?

La primera inquietud que suele surgir es si la enfermedad puede interferir con la posibilidad de quedarse embarazada o provocar problemas reproductivos y de infertilidad. En la actualidad no existe ningún estudio que haya evidenciado que la EM provoque problemas de infertilidad, abortos espontáneos o malformaciones congénitas. Los resultados de diferentes estudios indican que las dificultades para quedarse embarazada y/o las complicaciones que puedan surgir en el feto más adelante son las mismas que las que tiene cualquier mujer sin EM.

¿Se desaconseja el embarazo a las mujeres CON EM?

Antiguamente, se consideraba que el embarazo era un proceso peligroso para las mujeres con EM y que podía provocar un empeoramiento en la progresión de la enfermedad.

Afortunadamente, los estudios de los últimos años contradicen este supuesto y afirman que el embarazo no influencia negativamente el desarrollo de la enfermedad.

Estos estudios han demostrado, además, que el embarazo puede reducir los brotes, sobre todo durante los últimos dos trimestres, ya que durante este período la mujer embarazada se halla inmunodeprimida de forma ‘natural’.
Durante el embarazo es habitual tener algunos síntomas, como por ejemplo problemas de equilibrio o de vejiga, unos problemas que pueden existir previamente en algunas mujeres con EM; en esos casos, hay que tener en cuenta que los síntomas pueden agravarse durante el embarazo, pero al dar a luz y superar esa etapa, suelen volver a su estado previo.

¿Qué efectos pueden aparecer durante el postparto?

Después del parto, el cuerpo deja de producir los inmunosupresores naturales y, por consiguiente, pueden aparecer algunos brotes. Éstos aparecen con más frecuencia durante los primeros seis meses después de haber dado a luz. Se calcula que el riesgo de reaparición de brotes es de entre el 20% y el 40%, a pesar de que no se puede predecir cuáles experimentará cada mujer. Es importante tener ese aspecto presente y pedir ayuda en caso necesario. También es importante remarcar que en caso de que aparezcan nuevos brotes, éstos no parece que hagan aumentar la discapacidad a largo plazo.

Medicación y embarazo

El embarazo es una etapa en la que se evita en la medida de los posible la ingesta de medicamentos para asegurar la salud fetal. Los tratamientos para la EM no son una excepción; muchos de ellos, especialmente los más recientes, están contraindicados durante el embarazo. Es muy importante, pues, que la mujer con EM planifique su embarazo y consulte con su neurólogo antes de intentar quedarse encinta.

Por lo que respecta al período de lactancia, el proceso es el mismo. Si se tiene EM se recomienda evitar algunos fármacos porque no se sabe qué componentes se transmiten a través de la leche materna.

En esta situación la mujer afectada por EM también tendrá que consultar a su neurólogo para elaborar un plan de tratamiento y decidir cuál es el mejor momento para reiniciarlo en función de su estado de salud.
En caso de sufrir un brote durante el embarazo o la lactancia, se puede recibir tratamiento con corticoides siempre que los médicos (neurólogo, ginecólogo, etc.) lo autoricen.

¿Qué hay que tener en cuenta durante el parto?

En general, las mujeres afectadas por EM no necesitan un seguimiento ginecológico especial. Del mismo modo, el parto y la anestesia no conllevan más complicaciones de las que pueden presentarse en una mujer no-afectada por EM.
Es necesario que cualquier mujer afectada por EM que quiera ser madre disponga de un seguimiento médico y de una buena planificación para facilitar el proceso y hacerlo más seguro, tanto para ella misma como para su bebé. A pesar de todo, el embarazo no parece tener un impacto negativo en el aspecto clínico del desarrollo de la EM. Con la ayuda y seguimiento de un equipo médico, las mujeres con EM que deseen ser madres pueden afrontar un embarazo como cualquier otra.
Acceso al documento original:
Pregnancy http://www.nationalmssociety.org Disponible en: http://www.nationalmssociety.org/Living-Well-With-MS/Family-and-Relationships/Pregnancy

Revisado por: Angela Vidal Neuróloga
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