Evitar caídas con esclerosis múltiple

Las caídas son un problema común entre las personas con esclerosis múltiple y, dadas sus consecuencias, es necesario tomar consciencia y actuar con prevención para evitar el empeoramiento y la disminución del nivel de autonomía y calidad de vida.

La esclerosis múltiple es una enfermedad muy impredecible, y entre sus múltiples síntomas pueden estar las dificultades para caminar. Estas dificultades, junto con otros síntomas, hacen que las personas con EM tengan un riesgo elevado de caer, lo que puede provocar a su vez lesiones u otros problemas de salud.

Algunos estudios indican que casi el 60% de las personas mayores y de mediana edad con esclerosis múltiple tendrán al menos una caída al año. Es importante, pues, intentar reducir esta frecuencia y estar preparado.

Las personas con EM tienen un riesgo elevado de caer, lo que puede provocar a su vez lesiones u otros problemas de salud.

Riesgos de caída en la esclerosis múltiple

Los principales factores de riesgo que pueden influir en una caída son:

  • Fatiga: es el síntoma más habitual en la EM y uno de los más difíciles de tratar. Entre un 75% y un 90% de las personas con EM experimentan fatiga, y un 50% afirman que tiene incidencia en su vida diaria. Es necesario saber gestionarla y una buena manera de hacerlo es realizando ejercicio físico regularmente para mejorar la resistencia, la fuerza y la flexibilidad. Por otro lado, saber en qué momento del día nos sentimos más fatigados, priorizar la realización de actividades diarias y tener una buena organización en casa puede ayudar a prevenir una caída. Se recomienda también hacer sentados determinadas actividades de riesgo.
  • Problemas motores: debilidad muscular, espasticidad, problemas de equilibrio… Pueden afectar en la forma de andar y en la estabilidad de la marcha. Hay que potenciar la fuerza de los músculos y disminuir el nivel de espasticidad. Es recomendable utilizar productos de soporte, como, por ejemplo, bastones o caminadores, ya que disminuyen la inseguridad y, por tanto, el riesgo de caída.
  • Problemas de visión: la neuritis óptica (inflamación del nervio óptico), la pérdida de visión o la visión doble son síntomas habituales de la EM que pueden provocar inseguridad para desplazarse por el entorno. Si es necesario salir a la calle, se recomienda seguir siempre la misma ruta y evitar superficies irregulares. En casa, procurar tener buena iluminación, incrementar los contrastes y mantener zonas de paso libres de objetos.
  • Dificultades de orientación y coordinación: cuando notamos problemas de sensibilidad o dificultades manteniendo el equilibrio, hay un aumento del riesgo de sufrir una caída. Entrenando, aplicando estrategias compensatorias o a través de la adaptación del entorno, podemos mejorar la seguridad en nuestra movilidad. Por ejemplo, cuando existen problemas de apreciación de espacios, se recomienda moverse por sitios luminosos y ordenados y evitar las multitudes.
  • Medicación: todos los medicamentos tienen efectos secundarios y cada persona responde de distinta forma a la medicación. Hay medicación que puede provocar una pérdida del equilibrio, fatiga o falta de concentración. Se recomienda hablar con el médico o el farmacéutico de confianza para saber qué medicamentos pueden comportar riesgo de caída.
  • Riesgos de comportamiento: la vida sedentaria provoca una pérdida de tonificación muscular y debilidad, además otros efectos, lo que puede empeorar el riesgo de caídas. Otros aspectos psicológicos que influyen pueden ser el mismo miedo a caer, que conduce a la inactividad y el aislamiento o, por otra parte, el exceso de confianza, que provoca comportamientos temerarios.

Por otro lado, es importante considerar otros factores de riesgo como las relaciones con el entorno físico, la vivienda y/o el uso de transporte/vehículo, por ejemplo, a la hora de entrar y salir del coche, o utilizar el autobús.

  • Consejos para casa: ordenar las vías de paso, deshacerse de alfombras rugosas, utilizar equipamiento adaptado en el baño, instalar barandillas allí donde haya escalones o escaleras e iluminar bien las habitaciones. Hay profesionales especializados, como el terapeuta ocupacional, que pueden ayudar a adaptar la casa para una vida cotidiana más sencilla, segura e independiente.
  • Consejos para la calle: la multitud, el tráfico, el suelo irregular… Es recomendable seguir siempre el mismo recorrido, ir de compras en horas de menos afluencia de público o, por ejemplo, cuando se quiera quedar con alguien, es importante salir de casa con tiempo suficiente y no ir con prisas. También se puede valorar las posibilidades de utilizar productos de soporte exteriores, como un bastón.

Actuar ante una caída

Pese a la prevención, el riesgo de caída nunca se puede eliminar del todo. Por lo tanto, hay que estar preparado para reducir las consecuencias de la caída y disponer de estrategias y técnicas para aprender a caerse o saber levantarse. Algunos consejos para estar preparado antes de que ocurra la caída son:

  • No esperar a caer para saber cómo levantarse. Un profesional en rehabilitación puede explicarnos cuál es la mejor manera de levantarse desde el suelo si se da una caída. Se pueden trabajar varios escenarios para estar más preparados: caerse en casa, caerse en la calle, caerse en unas escaleras…
  • Tener a mano los números de teléfono de vecinos, familiares o amigos. También es útil tener disponibles rápidamente los números de la policía o los bomberos en caso de emergencia. Podemos señalar un número para “llamar en caso de emergencia” por si nosotros mismos no podemos hacer la llamada. Incluso hay aplicaciones de móvil que sirven para alertar a los servicios médicos.
  • Tener un sistema de alerta personal. Si las caídas pasan a menudo, se puede valorar tener disponible un sistema, como una pulsera o un collar, que se pueda activar en caso de emergencia para pedir ayuda.

Es recomendable adoptar una actitud de prevención ante el riesgo de caída, ya que las consecuencias podrían afectar gravemente a la calidad de vida del afectado y de la familia.

Finalmente, ante una caída se recomienda, ante todo, mantener la calma. Lo primero que hay que hacer es comprobar el propio cuerpo para asegurarse de que no hay ninguna herida grave. Después, hay que relajarse y no intentar levantarse inmediatamente: hacerlo demasiado rápido o de la forma equivocada puede empeorar las heridas o lesiones.

En todo momento se deben seguir las pautas recomendadas por los profesionales especializados (los terapeutas ocupacionales o fisioterapeutas) tanto en el ámbito de medidas preventivas como de actuaciones. Si las personas de nuestro alrededor nos quieren ayudar, podemos explicar con calma cuál es la mejor manera de hacerlo, e incluso bromear, ya que el humor es relajante tanto para la persona que se ha caído como para el resto.

Una vez solucionada la situación, hay que mantenerse en posición de seguridad. Además, es útil valorar con los profesionales sanitarios las posibles causas de la caída, los riesgos y las consecuencias que ha tenido para evitar que se repita.

Referencias

Staying vertical reduce risk for falls. Can Do Multiple Sclerosis (2015). https://www.cando-ms.org/online-resources/can-do-library/staying-vertical-reduce-risk-for-falls

Minimizing Your Risk of Falls. National MS Society (2,019). https://www.nationalmssociety.org/NationalMSSociety/media/MSNationalFiles/Brochures/Brochure-Minimizing-Your-Risk-of-Falls.pdf

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