¿Cuándo se debe iniciar un proceso de incapacidad permanente?

Una de las principales características de la esclerosis múltiple es su imprevisibilidad. Los brotes de síntomas sobrevienen sin previo aviso, y debido a que la enfermedad es degenerativa, estos pueden ser cada vez más acusados. Las personas afectadas por la esclerosis múltiple, en muchos casos, continúan trabajando. No obstante, cuando los síntomas hacen imposible seguir desempeñando una profesión, el afectado debe plantearse solicitar una incapacidad laboral permanente. Esta da derecho a diferentes pensiones, en función de si es total, absoluta o únicamente parcial.
Si la persona con EM comprueba que sus limitaciones físicas son realmente excesivas para el trabajo que realiza diariamente, es el momento de pedir una incapacidad laboral permanente. Es importante tomar una decisión firme. Cabe recordar que las personas que sufren la enfermedad son expertas en sus propios síntomas, y nadie sabe tan bien como ellos mismos cómo gestionar las crisis.

Las reducciones anatómicas o funcionales tienen una incidencia importante en el día a día de las rutinas laborales. Generalmente, cuando esto ocurre el paciente ya está siguiendo algún tratamiento, a pesar de tener el alta médica. También es probable que ya se le haya reconocido de forma oficial alguna limitación, pero si esta se agrava respecto al momento en que se afilió a la Seguridad Social, esta puede ser revisada.

Si las secuelas que sufre son permanentes y anteriormente ya tenía concedida una incapacidad temporal, no es necesaria el alta médica.
Normalmente, son los facultativos de la dirección provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) quienes llevan a cabo el reconocimiento médico, y proceden a evaluar si en ese caso en concreto se puede conceder la incapacidad permanente. Al mismo tiempo determinan si es parcial, si es total o si es absoluta. Ellos mismos serán los encargados de elaborar el decreto-propuesta, con el grado de incapacidad estimado.
La incapacidad permanente parcial es la que reduce significativamente el rendimiento en el trabajo. La incapacidad total se concede en los casos en los que el trabajador no puede seguir con su profesión en absoluto, aunque se deja abierta la posibilidad de que se incorpore a otra. Si esa posibilidad no existe, es cuando la incapacitación se denomina absoluta.

Fuente de información:
Preguntas más frecuentes sobre empleo y esclerosis múltiple. FELEM. 2007 [acceso 20 de noviembre de 2012]. Disponible en: http://www.esclerosismultiple.com/fileadmin/user_upload/pdfs/2009/Preguntas%20mas%20frecuentes%20sobre%20empleo%20y%20Esclerosis%20M.%20FELEM%5B.pdf

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