El verano con esclerosis múltiple: recomendaciones para viajar

¿Qué precauciones deben tomarse con la medicación durante los viajes?

Uno de los aspectos que puede generar mayor preocupación entre las personas con esclerosis múltiple a la hora de viajar es la medicación. La mayoría de personas con EM deben seguir algún tipo de tratamiento para gestionar los síntomas y la enfermedad, e interrumpirlo puede perjudicar su salud.

Dentro de estas dudas, la cuestión de cómo transportar la medicación es frecuente, ya que en muchos casos los medicamentos son inyectables. Algunas recomendaciones generales que podemos seguir son las siguientes:

• Si tenemos que viajar en avión, es necesario llevar un justificante por escrito de un profesional sanitario para poder transportar los medicamentos en aguja.
• En algunos casos, los viajes organizados y los cruceros también pueden pedir esta justificación, por lo que es muy recomendable llevarla.
• La mayoría de estos medicamentos inyectables deben guardarse a temperaturas frías. Se recomienda empaquetar estos fármacos en bolsos aislantes y entre paquetes de hielo refrigerante.
• Si no disponemos de estos paquetes o se han descongelado, podemos utilizar hielo o pedirlo en el tren, avión, hotel, etc., donde nos encontremos.
• Conviene llevar dosis extra por si sufrimos algún accidente, perdemos alguna dosis o nuestro vuelo de vuelta tiene un retraso o se cancela.
• Debemos llevar los medicamentos con nosotros en todo momento durante el trayecto. Si nuestra maleta se pierde, no deberíamos preocuparnos, además de no tener medicación.

Para pasar el control de seguridad de los aeropuertos, es indispensable presentar una nota o carta del médico justificando que se está tomando medicación inyectable.

Gestionar un brote de esclerosis múltiple durante un viaje

Por otro lado, uno de los imprevistos más frecuentes que puede ocurrir durante un viaje es tener una exacerbación de la enfermedad, es decir, un empeoramiento de los síntomas (o la aparición de nuevos síntomas) durante un período de al menos 24 horas.

Hay que tener en cuenta que algunos síntomas ya habituales a la hora de viajar como el estrés, la fatiga y el calor pueden causar un brote temporal que, por lo general, debería desaparecer al día siguiente. Si los síntomas persisten, debe tenerse en cuenta:

• ¿Tenemos síntomas relacionados con la vejiga (ir al baño con mayor frecuencia, tener molestias…)?
• ¿Tenemos fiebre?
• ¿Tenemos síntomas de gripe o resfriado?

Puede darse el caso de que el motivo de la exacerbación sea una infección o un calor excesivo. En cualquier caso, si los síntomas no desaparecen en unos días, es recomendable solicitar la evaluación de un especialista. Es conveniente hacer una planificación sobre cómo gestionar una exacerbación con nuestro profesional sanitario.

En caso de tener diarrea, algunos medicamentos antidiarreicos pueden ser de gran ayuda. El mayor problema derivado de la diarrea es la deshidratación; por tanto, hay que tratar de hidratarse a menudo y, si es necesario, llevar bebidas ‘deportivas’ ricas en electrolitos.

Si la diarrea persiste o va acompañada de fiebre y dolor abdominal durante más de un día, es recomendable una evaluación médica.

Referencias